los fieros piratas del norte
Aquellos fieros piratas venían del Norte y llegaron a estas costas a finales del siglo. Como buenos marinos, no sabían nadar, y no le tenían miedo a nada, salvo a la peste, el escorbuto y al descalabro de los ideales políticos. Cuando llegaron a la isla primero construyeron el faro, programaron el funcionamiento de las lucecitas, ahora encendido ahora apagado, y después se fueron al pueblo a tomar algo. Era tarde y era sábado. Los lugareños no repararon en su presencia, la oscuridad del bar no permitía distinciones, pero algunas mozas jóvenes sí pudieron detectar un rudo fulgor de pólvora en aquellas miradas. Los piratas hicieron un simpa y regresaron a la isla justo antes de que cerraran el garito. Mareados y hambrientos, tomarían unos churros ante el nuevo amanecer.
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Mer -
Robles -