
Arvidas, gris pentatleta lituano nacionalizado español, estaba hasta los güekes de no ganar una puta medalla en aquellos putos juegos olímpicos. Así que se propuso a sí mismo batir su propia plusmarca de ingesta de nandrolona. Armado con una pistola de jabón y con una tobillera en la cabeza, atracó la enfermería del equipo norteamericano de atletismo. Nadie le reconoció, y se hizo con dosis suficientes como para empachar a todo un Instituto de Enseñanza Media. Parapetado en su apartamento de la villa olímpica ateniense, Arvidas empezó a construir su leyenda. ¡Arvi! ¡Arvi! ¿Qué haces encerrado en el water? ¿No ves que nos tocan las pruebas de clasificación? Arvi, récord mundial de nandrolona en sangre.
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